El pastel de bienvenida
Uno de mis pasatiempos preferidos siempre fue caminar sola, escuchando música,

¿ - Qué haces por acá? – Se le había acerd… ¿Qué,?”
-
Qué quieres? – sentándose a mi lado, sin comprender que estaba sola porque así lo quería, callo mi vecina, Hada.
-¿Que
haces por acá? – me preguntó nuevamente sin responderme.
- Q
ue parece que hago… escribo.
- - Acompáñame a conocer a los nuevos vecinos – Me dijo con una sonrisa que siempre me sacaba una carcajada, sin saber por qué después de 5 años preguntándomelo.
- No, los nuevos, los chinitos… los Kim, creo – con cara de no saber nada, seguramente habiendo investigado bien hasta sus antecedentes penales. Le mire con una cara de sospecha y se echó a reír.
- Después, tengo que ir a recoger a Denisse.
- - Te acompaño… - Así las dos salimos a buscar a mi hermana a la escuela.
Pasamos frente a la casa de los nuevos vecinos, obligada por Hada, pero sin llegar a saludar. Estaban bajando cosas de un camión, solo que no parecía una mudanza común de mi ciudad, no estaba toda la familia sacando cosas del camino, no habían primos, tías, abuelas que no harían mas nada que ver, primos pequeño corriendo por todos lados… era algo solo. Trabajadores uniformados bajando todo y unas personas con rasgos asiáticos bajando de una van. Eran cinco, pero nos los describí mucho. Me quede embobada viendo todo y sentí que Hada me Halo con el brazo.
- - Después… ya tu hermana debe haber salido.
- - ¡Go! – Salimos corriendo hasta la puerta de la pequeña escuela.
Sentadas esperando que entre la multitud de personitas saliera una miniatura mía, comenzamos a hablar de nada en específico.
- -Si tú eres la esposa de John, yo soy SuperMan.
- - No se me haría raro… - un golpe siguió con una risa. Después todo quedo en silencio.
- - ¿Cuándo le vas a decir a tu hermana que tu madre no va a volver? Ya tienes su custodia, no se podrá ir, solo tendrás que esperar que lo supere…. Y…
- - No… va a volver, eso dijo y no le puedo mentir a mi hermana, decirle que no lo hará es decirle una gran mentira.
- - Como quieras creer… allí viene. – Las dos sonreímos de golpe, mientras que Deni se acercaba.
- - ¿Qué sucede?
- - Es que… -Hada comenzó hablar y no sé por qué, por impulso le interrumpí.
¿Quieres ir?
- - ¡Es que vamos a visitar a los nuevos vecinos! Hay un niño como de tu edad,
- - ¡Claro!
- - Entonces no se diga más, vamos – dijo Hada agarrando a Deni por la mano, le mire y le sonreí agradeciéndole.
Caminamos agarrando a Deni cada una por cada mano dejándole en el medio, cada media cuadra saltaba y se reía, era mi pequeña hermana, casi mi hija. Ya estábamos frente a la cada, ya habían terminado de bajarlo todo y estaban cerrando los camiones para irse.
- - Debieron haber traído algún regalo… - nos asustó a las tres nuestra amiga faltante, Sandi, un poco tenebrosa, siempre llegaba sin que sonaran sus pasos, ¿Cómo lo hacía? Ninguna de nosotras lo había podido descubrir, nunca nos dábamos cuenta que estaba junto a nosotras, hasta que hablaba.
- - ¿Cuándo lo hemos hecho? ¿Cómo llegas así? Me das miedo, ¿Sabes? – le pregunte. Ella y sus “costumbres” repentinas y nuevas, era extraña pero así le queríamos.
- - No importa… Son coreanos, esto tiene la forma de su bandera, se me ocurrió mientras hacia un pastel para mi hermano.
- - Esa bandera es de Japón, no de corea. – Le corrigió mi hermana sacando de su mochila un libro de geografía.
- - Es cierto… ¿y ahora?
- - Hay solución – Como siempre Hada tenía una solución, a veces me sentí espectadora de sus vidas, casi no hacía nada y solo les veía, una vez escribí sobre ellas, Sandi se enteró y más nunca supe de mi cuaderno que estaba bajo llave en mi habitación. Hada ya iba por la esquina cuando todas reaccionamos y la perseguimos.
- - Señor, tiene… un momento –mirando de nuevo el libro y el pastel, preguntó- ¿de qué es?
- - Solo torta de vainilla y la salsa es mermelada de fresas y cerezas – le respondió Sandi.
- - ¿Qué planeas? – Le pregunté
- - Ya verás… Señor deme un sobre de Morazul dulce y una cuchara de plástico.- Cuando se la entrego comenzó con su cirugía. Saco algo así como la mitad del círculo rojo, solo que hacia una curva de yin yang, completo el círculo nuevamente pero con la salsa azul del sobre. – Ya está.
- - Ohhhh… - Todas estábamos viendo el libro y la imagen, nadie lo quería decir- ¿Y los palitos?- Mi papel en nuestras vidas es decir y hacer lo que a las demás les da miedo, ya sé quién soy, me contuve mi chiste.(^^)
- - Aquí tienes tus palitos… - con la salsa los hizo. No se los coreanos pero si quitaran algo de mi bandera me sentiría un poco insultada, ¿Quién no?
- - Te equivocaste – le corrigió mi pequeña hermana, no me equivoque al pensar que era yo en miniatura.>.<
- - Ya está… - arreglándolo nos miró asesinamente a mi hermanita y a mí.
Después de arreglarlo todo estábamos frente a su puerta, a ninguna se le ocurría tocar el timbre, así que yo lo hice.
- - Un momento! – El acento de ese chico era extraño, no era el acento que siempre me había imaginado, seguía teniendo el feeling extranjero pero no chino, japonés, coreano o de donde fueran. - ¡Hyung! ¡Hyung! ¡Hyung!
- - ¿Si?
- - Hola, venimos a darles la bienvenida- Tuve que hablar ya que todas se quedaron casi babeando al ver a 4 hombre de hermosos, si lo eran, pero no tanto. – Ellas son Sandi, Denisse, Hada y yo soy Abby, mucho gusto.
- - Mucho gusto nosotros somos
... Kang soo hyun…
… Choi Sang Dong…
… Sung Soo Jin…
Te sigo!! Esta muy bien el fanfic^^
ResponderEliminarY que vecinos taaan guapos *.* ¡¡Me los quedaba a los 4!!
Me hizo mucha gracia el momento Cirujia plastica de la tarta jaja
Un beso!!
Voy a cambiarlo un poco... de verdad tengo que ponerle mas gracias -.-"---- xD gracias por tu coment paula :D
ResponderEliminarUn beso y saludos ^^